Tu orgasmo fisiológico
de gemidos intermitentes
enervan mi puño contra tus pómulos.
Sonrisas perversas
saturan el espacio
y acabas en el paredón.
Pequeña alicortada,
llena eres de flaqueza,
suplica por mi redención.
Alarguemos la tormenta
bebiendo futuros improbables
así ahuyentas el terror de no tenerte.
Gritos soterrados
esperan a barlovento
el momento del naufragio.
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